Una empresa que administra más de 150 millas de carreteras en el Medio Oeste utiliza once instalaciones de almacenamiento de sal, cada una de las cuales contiene la cantidad de sal necesaria para una temporada de clima invernal en un tramo específico de la carretera. Pero al igual que la sal descompone el hielo, también deteriora la madera, y en 2019, algunas de estas cúpulas de almacenamiento de sal de madera existentes habían pasado su mejor momento.
“Cuando se enfrentó a la sustitución de estos domos, la elección de optar por estructuras de hormigón se basó en la longevidad”, dijo el gerente de infraestructura civil de la empresa. El equipo de liderazgo buscaba reducir los costos de mantenimiento del ciclo de vida; tanto sus cúpulas de sal de madera como sus instalaciones de almacenamiento rectangulares con paredes de hormigón y techos de lona requieren un mantenimiento regular.
La dirección de la empresa se decidió por las cúpulas de hormigón reforzado con acero de Dome Technology. “Mirando los números, fue más económico durante los siguientes 60 años usar cúpulas, en parte para reducir el mantenimiento y en parte porque las cúpulas de concreto funcionarían bien si se agregara automatización como cangilones o transportadores más adelante”, dijo el gerente.
Los domos tienen una vida útil ilimitada, lo que evita el desmontaje y minimiza el material que se dirige al vertedero. Las medidas diseñadas para proteger la integridad estructural de un domo son esenciales para su longevidad.
Un domo puede tolerar fácilmente las inclemencias del tiempo, pero la estructura en sí misma también puede sobrevivir a un desastre que otros tipos de almacenamiento no podrían y probablemente recompensará a los clientes con ahorros en primas de seguros. En caso de que ocurra un terremoto, un tsunami o un tornado, la estructura tiene más posibilidades de sobrevivir que un edificio tradicional y el producto almacenado en el interior no se introducirá en el medio ambiente.